sábado, 27 de septiembre de 2008

lunes, 17 de marzo de 2008

Roy Lichtenstein-Girl with Hair Ribbon


De repente la vió, quieta, inmóvil y mirándole fijamente. Estaba en un rincón en medio de la gente, y se dio cuenta de que fuera de aquel círculo, alguien le observaba atentamente. Decidió que le dolían los pies, se apartó un poco del resto, cogió un taburete y se sentó frente a ella. Cuando ya se hallaba totalmente perdido en su mirada, apuró la ginebra que le enfriaba la mano. Entonces fue cuando dejó de oir la música. Sabía que alguien le estaba hablando, pero no quería saber quién, ni tampoco qué decía. Quería seguir ahí, con la mano sujetándole la cabeza y mirando a la muchacha. Y ahí se quedó, ajeno a toda clase de estímulo externo que no fuera ella. A partir de ese momento su cabeza sólo podría recordar esa mirada. Entabló conversación por un momento con alguien que se le acercó. Usó tópicos para deshacerse pronto del intruso, y con un par de risas y de palmaditas en la espalda, se volvió a quedar inmóvil ante ella. Se sentía tranquilo en ese momento, por eso no podía dejar de mirarla. Su mirada le llamaba, le invitaba a preguntarle, a contarle... Pero no dijo nada; esos ojos fueron su refugio durante algunas horas. Cada vez que algo o alguien agitaba o desestabilizaba su mente, simplemente se daba la vuelta, y se quedaba mirándola. Sonrió por un momento al darse cuenta de que la única cara que le interesaba de todo el bar era esa bajo la cual había un rótulo. "Roy Lichtenstein-Girl with Hair Ribbon-1965". Se despidió de ella y se prometió a sí mismo que nunca la olvidaría. En ese momento, tal vez ella fuera la mujer más real de la tierra.

viernes, 7 de marzo de 2008

Simplemente....maravillosa


luto de su mirada, torre de arena
llenando el escenario de copla-jazz
suele donar su calma, no dando más
que un bolero vestido de piel morena

la pena de rojo cruza su boca
que llora una historia de amor tan mortal
que se te hace imposible de soportar
de tanto doler, si su voz te toca

triste desgrana ella con su martirio
sin más herramienta que su corazón
una memoria rota hecha delirio

el fuego abraza el negro de su cuerpo
quemándole el alma envuelta de un dolor que,
sin saber por qué, se le queda dentro.

martes, 19 de febrero de 2008

Almacenando viejas experiencias en la red, por si el papel se las come con el tiempo


[Una palabra. Sólo me falta encontrar una palabra para poder describir lo que estoy presenciando. Una eterna conversación, una eterna lucha o tal vez un beso eterno. La tierra, el mar. Esa unión que ha existido, existe y existirá hasta el fin de los días. Ese mar comiéndose la arena, día tras día, y noche tras noche, sin dejar que ni siquiera el pertubador ruido industrial rompa el interminable curso de su relación.
El mar, y sus olas fogosas derrumbándose sobre la fina arena de la playa, parecen decir "allá voy", y se dejan caer, y besan las piedras suavemente como si no fueran a volver a verse. Pero la magia dura poco porque entonces las olas vuelven a su inmenso paraíso para que sus hermanas puedan disfrutar del salado sabor de la arena. Y se oye a lo lejos el enfurecido cantar de algunos pájaros, tal vez gaviotas buscando su alimento matutino, tal vez no.
En medio de toda esta inmensidad de tan sólo unos metros cuadrados, las rocas, las inertes rocas. Son las únicas que le plantan cara al dios Azul, esa sí es una lucha eterna. El mar se sincera en cada ola y deja que nuestras almas se unan con sus sentimientos. Y nos hace sentir, reír, tal vez llorar. Pero esas rocas siguen ahí, intentando resistirse, son de carácter fuerte, y no quieren ceder ante los sentimientos. Al final, con el paso de los años serán arena, y el mar las besará, igual que lo hace ahora con sus ancestros. El mar es capaz de personificar todo. Él es quien nos inculca los sentimientos y nosotros, seamos arena, piedras, o rocas, acabamos sucumbiendo ante sus encantos.
Vuelvo a mirar y sigue ahí, con su inmenso lomo plateado, intentando decirme algo que no puedo escuchar. Tal vez sea la palabra que busco, tal vez una frase de aviso, de alerta, o tal vez sea un simple "me alegro de volver a verte"]

Febrero 2001

sábado, 29 de diciembre de 2007

...pero dos no es igual que uno más uno...




La trémula voz del Nano me transporta a una melodía ya conocida, pero que ahora, en su voz, adquiere matices casi oníricos. Parece que las canciones son siempre iguales, y sin embargo, según la voz que las desnude, te pueden hacer sentir emociones que nunca antes habías sentido. Es extraño, no es que suene mejor, es que suena diferente. Es, simplemente, que en lugar de ponerte melancólica, ahora parece que simplemente te tranquiliza. Las mismas palabras, las mismas rimas, la misma guitarra y las mismas ganas de cantarla. Y sin embargo, esta vez me llena, y me hace encontrarme de cara con el rostro nítido al que le susurraría esta canción. El de antes me confundía, me recordaba a decenas de mujeres, pero este me enfoca directamente a ti. No sé por qué.
Tampoco sé exactamente si tengo algo de razón, o no. Puede también deberse a que hacía algo de tiempo que no escuchaba esta canción. De hecho la última vez que la escuché fue precisamente en ese concierto. Y estaba contigo. Y no pensaba en ti, porque estaba contigo. Pero ahora se me hace cada vez, más y más nítida tu imagen. A cada frase, en cada acorde, te dibujas en mi mente de una forma clara, sin dudas, sin humo. Puede que tampoco sea cierto que cantada por otra voz, suene diferente. Quizá sea simplemente eso. Que ha pasado algo de tiempo. Además, ha sido precisamente un tiempo en el que han pasado cosas importates en mi vida. Tal vez por eso, ahora mis oídos la reciban con esa nueva sensación. Tal vez por eso, tengo que acostumbrarme a que me pasen este tipo de cosas. Y acostumbrarme también a esta nueva forma de vivirte. A que ya no puedo estar contigo, que no se pueden forzar las cosas... Tendré que encontrar ese nuevo sitio que ocupas en mi vida. Para que no me duela, para poder tenerte, sin tenerte. Para no perderte del todo, aunque te encuentres a miles de kilómetros de aquí. Tengo que aprender a que no me duela. Tengo que comprender que todo eso ha cambiado, y que no es culpa de nadie. Las cosas, simplemente, pasan así, no hay que buscar culpables ni inocentes. Las dos tenemos algo de cada rol. Así que me refugio sellando mis oídos con canciones y aislándome de todo y de todos. SPuede que al fin y al cabo, lo que necesite sea simplemente no tenerte...
...y sin embargo, te quiero...



Y sin embargo. Serrat&Sabina. Dos pájaros de un tiro.

lunes, 24 de diciembre de 2007

Para vivir (Pablo Milanés)

Muchas veces te dije que antes de hacerlo
había que pensarlo muy bien,
Que a esta unión de nosotros
le hacia falta carne y deseo también,

Que no bastaba que me entendieras
y que murieras por mí,
Que no bastaba que en mi fracaso
yo me refugiara en ti,

Y ahora ya ves lo que pasó
al fin nació, al pasar de los años,
el tremendo cansancio que provoco ya en ti,
Y aunque es penoso lo tienes que decir.

Por mi parte esperaba
que un día el tiempo se hiciera cargo del fin,
si así no hubiera sido
yo habría seguido jugando a hacerte feliz,

Y aunque el llanto es amargo piensa en los años
que tienes para vivir,
que mi dolor no es menos y lo peor
es que ya no puedo sentir,

Y ahora tratar de conquistar
con vano afán ese tiempo perdido
que nos deja vencidos sin poder conocer
eso que llaman amor para vivir.
Para vivir...




jueves, 22 de noviembre de 2007

Por supuesto, soñarte...


Lo malo no fue despertar, lo malo fue que al hacerlo, dejaste de estar a mi lado. Ya no sonreías para mí, ni dejabas escapar miradas como por casualidad. Lo bonito, sin embargo, fue que antes de todo eso, habías estado conmigo, sentada en una mesa, rodeada de gente ausente, y que allí, habías estado compartiendo susurros de vino conmigo. Me estremezco aún al recordar cómo la dulzura de tus labios rojos abrumaba mis oídos contándome tus sueños, mientras la fragilidad de dos de tus dedos se empeñaba en pasar mi pelo por detrás de las orejas. El leve roce de esos dedos provocaba en mi piel esa absurda sensación que te lleva al desvanecimiento. Mi cuello sigue sintiéndote ahí, escondida fuera de mi campo de visión, y al mismo tiempo tan cerca… Tu boca no lo recuerda, pero esta noche ha acariciado mis sueños más prohibidos. Sé que no te tengo, pero no te imaginas cuánto he disfrutado de ti. Dejando a un lado todo lo que eres, mi mente duerme los momentos que más deseo junto a tu persona. Creo que les hago un flaco favor a esta manada de sentimientos que me llenan, al querer describirlos con palabras, pero a pesar de todo, siento la terrible necesidad de sacarlos de mí. Como si al hacerlo, dejara de tenerlos, como si dejara de sentirte por un momento. Nunca se puede olvidar ese tipo de sensación, y tal vez lo que hago al describirla, sea perpetuarla en mi mundo. No obstante sólo hace un par de horas que estoy despierta, y en mis hombros se sigue notando el peso de tu brazo acercándome a ti. Esta noche he llegado más allá, y además de tener tu tacto en mí, también he podido adivinar tu perfume. No sé cómo lo he hecho, pero si algún día te llego a tener así de cerca, sé que tu cuello tendrá ese aroma dulce, que no es una fragancia, sino un cúmulo de elementos que se combinan contigo capaces de abrumar a quienquiera que se te acerque. Espero que tus sueños sean al menos, la mitad de dulces que son los míos. Por supuesto, espero que nunca dejes de reír así.