lunes, 30 de julio de 2007

Broken piano


Hoy no suena mi piano. Algo debe fallar, porque todo lo que entra por mis oídos es el irritante sonido de las obras de la calle. Hoy no desayuno, he cambiado el vaso de zumo de naranja rancio, por un requiem de lágrimas y soledad matinal. Sé que no es normal. Que esto se pasa, que no tengo por qué estar así... De alguna manera hay que despertar, eso está más que claro. Dicen que la música amansa las fieras, pero esta vez, se ha roto el piano. No suena, ni sé cuando volverá a sonar. Parece que mis dedos se unen a la moda de no querer funcionar, y me obligan a realizar un esfuerzo terrible para escribir sin equivocaciones. Odio que el amanecer sea así. Sé que no es culpa mía, y también sé que dentro de unas horas no me va a importar. Pero cuando me aprieta el corazón hasta caer al suelo, parece que me lo retuerce, y me quedo sin palabras y sin aire para seguir llorando. Odio despertar así. No puedo soportar que salga el sol, y que en lugar de alegrarme por ello, me quemen las pupilas.
Estos mismos dedos podrían contar las veces que ha amanecido de esta forma. Afortunadamente no es algo habitual. Pero cuando sucede, resulta extremadamente difícil mantener los ojos abiertos y seguir adelante. Hoy no suena ningún piano para mi. Espero que a lo largo del día, las cosas cambien, y esta desesperanza que puebla mis ojos desaparezca.

1 comentario:

Lady Agony dijo...

Dios...no se que decir... tu forma de expresarte es maravillosa, por que llegue a sentir aquellas palabras que emociones describian, en mi propio corazon...
Saludos.